Centrarse en la eficiencia energética significaría hacer que las formas de vida actuales sean no-negociables.
Ajustar la demanda de energía a la oferta haría que el cambio a la energía renovable fuera mucho más realista de lo que es hoy.
Tratar de equilibrar la oferta a la demanda en todo momento hace que la producción de energía renovable sea una tarea compleja, lenta, costosa e insostenible.
La expresión castellana “estar en la Gloria”, que significa que alguien se siente felíz y a gusto, hace referencia a un sistema medieval de calefacción.
Decidí alimentar con energía solar la oficina de Low-tech Magazine en casa, y escribir mis artículos desconectado de la red eléctrica.
Desde el siglo XVI hasta el siglo XX, agricultores urbanos cultivaban frutas y vegetales típicos de la zona mediterránea, en zonas tan lejanas como el norte de Inglaterra y Holanda, usando solo energías renovables.
Al contrario de los invernaderos totalmente acristalados, un invernadero solar pasivo está diseñado para retener el máximo calor posible.
Si queremos que internet siga funcionando en circunstancias en que el acceso a la energía es más limitado, entonces podemos aprender lecciones importantes de las tecnologías de red alternativas.
Combinar los viejos métodos de calentamiento con los modernos sistemas de calefacción radiante y conductiva puede disminuir el consumo de energía, mejorar la salud, e incrementar el confort térmico.
Mientras la convección implica calentar cada centímetro cúbico del aire contenido en un espacio para mantener el confort de sus ocupantes, la radiación y la conducción pueden transferir el calor directamente a las personas independientemente del tamaño del edificio.
La mayoría de los sistemas actuales de calefacción se basan en calentar el aire. Parece una opción obvia, pero hay alternativas mucho más válidas.
Enfriar a la personas aumentando el flujo de aire local es al menos diez veces más eficiente energéticamente que refrigerar el aire en un espacio determinado.