Antes del uso a gran escala de combustibles fósiles, las capas textiles removibles mantenían las casas cálidas en invierno y frescas en verano
Imagina un sistema de calefacción personal que funciona tanto en interiores como en exteriores, se puede llevar a cualquier lugar, requiere poca energía y es independiente de cualquier infraestructura. Existe, y tiene siglos de antigüedad.
Desde el neolítico hasta principios del siglo veinte, los árboles recepados, la poda de copas y los setos nos han proporcionado materiales, comida y energía sostenible.
Cocinas a leña, equipadas con generadores termoeléctricos, pueden producir electricidad en forma más sustentable, confiable y menos costosa, que usando paneles fotovoltaicos.
El fuego –utilizado en nuestros hogares durante más de 400.000 años- sigue siendo la tecnología doméstica más versátil y sostenible que la humanidad jamás ha conocido.
En comparación con las baterías químicas, una red distribuida de sistemas de almacenamiento de energía de aire comprimido sería mucho más sostenible y ambientalmente amigable.
La expresión castellana “estar en la Gloria”, que significa que alguien se siente felíz y a gusto, hace referencia a un sistema medieval de calefacción.
Combinar los viejos métodos de calentamiento con los modernos sistemas de calefacción radiante y conductiva puede disminuir el consumo de energía, mejorar la salud, e incrementar el confort térmico.
Mientras la convección implica calentar cada centímetro cúbico del aire contenido en un espacio para mantener el confort de sus ocupantes, la radiación y la conducción pueden transferir el calor directamente a las personas independientemente del tamaño del edificio.
La mayoría de los sistemas actuales de calefacción se basan en calentar el aire. Parece una opción obvia, pero hay alternativas mucho más válidas.
Enfriar a la personas aumentando el flujo de aire local es al menos diez veces más eficiente energéticamente que refrigerar el aire en un espacio determinado.
La ropa interior térmica moderna ofrece la posibilidad de bajar el termostato sin tener que sacrificar ni la comodidad ni el lucimiento.