Si la electricidad para las granjas agrícolas verticales proviene de paneles solares, la producción de energía implica ocupar tanto espacio como el que desocupa la propia actividad.
Desde el neolítico hasta principios del siglo veinte, los árboles recepados, la poda de copas y los setos nos han proporcionado materiales, comida y energía sostenible.
Cocinas a leña, equipadas con generadores termoeléctricos, pueden producir electricidad en forma más sustentable, confiable y menos costosa, que usando paneles fotovoltaicos.
Durante la primera mitad del siglo veinte, botanistas soviéticos consiguieron cultivar plantas (sub)tropicales en temperaturas tan bajas como 30 grados Celsius bajo cero. Inclusive en exteriores, y sin usar invernaderos ni ninguna clase de combustible fósil.
En este artículo, presentaremos los datos relacionados al consumo de energía y tiempo de actividad, y calcularemos la energía interna de nuestra configuracion. En base a estos resultados, consideraremos el equilibrio óptimo entre la sostenibilidad y el tiempo de actividad del servidor, y delinearemos las posibles mejoras.
El fuego –utilizado en nuestros hogares durante más de 400.000 años- sigue siendo la tecnología doméstica más versátil y sostenible que la humanidad jamás ha conocido.
Si cambiamos a duchas de niebla, la infraestructura que hizo posible la ducha moderna se podría reducir y simplificar.
Mientras sigamos acumulando materias primas, cerrar el ciclo de vida de los materiales seguirá siendo una ilusión, incluso con aquellos materiales que, en principio, son reciclables.
Nuestro nuevo blog está diseñado para reducir radicalmente el uso de energía asociado con el acceso a nuestro contenido.
En comparación con las baterías químicas, una red distribuida de sistemas de almacenamiento de energía de aire comprimido sería mucho más sostenible y ambientalmente amigable.
Sistemas históricos son la clave para el diseño de un medio de almacenamiento de energía de baja tecnología, con bajo costo, robusto, sostenible y relativamente eficiente en energía
Los investigadores han calculado los niveles mínimos de energía necesarios para vivir una vida decente, pero ¿qué pasa con los niveles máximos?